Plantación y Cosecha en el Nuevo Edén

por | Abr 23, 2019 | Hechos 30

Una de las niñas del barrio la Ferroviaria (Quito-Ecuador) se agachó vacilante, puso sus pequeños dedos firmemente alrededor de la base del tallo y levantó suavemente el rábano rojo del suelo. Por la mirada encantada en su rostro, sentí que esta era la primera vez que había cosechado algo de una huerta. No estoy seguro de quién estaba más emocionada, ella o yo, pero estoy seguro de que ambos nos estábamos regocijando de la satisfacción de haber cosechado algo hermoso del lugar donde previamente habíamos sembrado una pequeña semilla. 

Para mí, la semilla fue plantada hace poco más de dos años. La semilla fue una idea para convertir un terreno baldío en una huerta. Algunos veían ese lugar como un gran lote vacío cubierto de maleza que anualmente le costaba dinero en impuestos a la iglesia, (además del gasto de contratar a alguien para mantener la maleza bajo control). Otros imaginamos una huerta colorida y productiva con secciones de verduras y terrazas de árboles frutales, una especie de nuevo Edén … un refugio de paz, plenitud y bendición. 

«una especie de nuevo Edén … un refugio de paz, plenitud y bendición«.

Se ha necesitado mucho trabajo para extraer las malezas persistentes, preparar espacios de siembra fértiles y mantener los vegetales protegidos de los efectos del granizo, las lluvias y las plagas. Pero la semilla está creciendo. Nuestro jardín, Nuevo Edén, gradualmente ha crecido en tamaño y ha proporcionado alimentos nutritivos para la familia pastoral, así como para los vecinos de la comunidad y para todo aquel que lo necesita. 

«Nuevo Edén, gradualmente ha crecido en tamaño y ha proporcionado alimentos nutritivos para la familia pastoral, así como para los vecinos de la comunidad y para todo aquel que lo necesita.»

Este año, comenzamos un proyecto de jardinería para los niños que asisten al club de niños el sábado en la mañana (con la asociación de International Child Care Ministries). La idea es proporcionar un espacio amoroso y seguro que contribuya al desarrollo espiritual, físico, cognitivo y social de los niños del vecindario de la Ferroviaria. Cada vez que se encuentran, los niños se turnan para preparar el suelo, plantar, cuidar y cosechar. A medida que aprenden acerca de jardinería, los niños también están aprendiendo cosas como las maravillas de la creación de Dios, cómo trabajar juntos y cómo cuidar sus cuerpos a través de comer alimentos nutritivos y seguros que ellos mismos han cultivado. 

 

Para mí, la parte más satisfactoria del tiempo con los niños cada semana es compartir algo de la Biblia que tiene una aplicación espiritual directa con algo que sucede en el jardín esa mañana. Últimamente, hemos estado hablando de semillas y cosecha. La semana pasada, mientras cosechábamos rábanos y recordábamos haber plantado pequeñas semillas un mes antes, hablamos de Marcos 4:26-29. En ese pasaje observamos que al igual que el sembrador pone semillas en el suelo y confía en Dios para el crecimiento y la cosecha, cada sábado el personal del club de niños siembra una semilla espiritual en ellos, la Palabra de Dios. Al igual que el sembrador, no sabemos cómo crece la semilla de la palabra de Dios en los niños, pero nuestra esperanza es que produzca una increíble cosecha de justicia y transformación en sus vidas. 

 

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Dennis «JR» Crouse es misionero de la Iglesia Metodista Libre y está sirviendo como coordinador de grupos de misiones VISA para la IML en Latinoamérica.  Vive con su familia en Quito, Ecuador.  En su tiempo libre, J.R. le gusta trabajar en el huerto y estudiar la naturaleza.