Una Esperanza Viviente Para Hoy

por | Dic 1, 2021 | Empoderar Iglesias, Hechos 30 | 1 Comentario

En los tiempos que vivimos hoy, parece que de las sombras no podemos escapar.  Los medios de comunicación nos traen un constante río de deprimentes noticias.  Caminamos por nuestras calles con una mirada hacia atrás los hombros, mientras nos encontramos en las esquinas personas desesperadas en búsqueda de un pedazo de pan.  Una nueva ola del coronavirus parece que nos está llegando y las economías de nuestros países tambalean en el viento de los tiempos de incertidumbre.  Diariamente, nos llegamos cara a cara con personas quebrantadas, familias destrozadas, vecindarios dañados, ciudades en peligro, y sistemas injustos y fracturados.  En la profundidad de nuestros corazones sabemos que el mundo no es como debería ser.  Pero como las sombras parecen profundizarse, nuestros corazones se mecen ante la desesperación y la idea que todo es irremediable. 

Por mucho que las sombras amenazan a nuestras vidas, no debemos olvidar el simple hecho que las sombras son producto de la luz.  Extrañamente, no obstante, nos suelen enfocar en las sombras e ignoramos la luz que ilumina atrás. 

Hace mucho tiempo, el pueblo de Dios estaba languideciendo bajo las sombras de una opresión despiadada, pero en medio de esta situación desesperante, una luz resplandeció en las tinieblas.  ¡Una esperanza nueva fue encendida!  ¡El Libertador esperado por mucho tiempo llegó!  Él llegó para poner todo bien para siempre y establecer un reino marcado por el amor, la justicia, la pureza, la integridad, y paz. 

“Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, 

Camino del mar, al otro lado del Jordán, 

Galilea de los gentiles; 

el pueblo que habitaba en la oscuridad 

ha visto una gran luz; 

sobre los que vivían en densas tinieblas 

la luz ha resplandecido.”    Mateo 4:15-16

El reino de Jesús está aquí, pero no todavía en su plenitud completa.  Las sombras persisten, pero sabemos con certeza que están allí por la luz de Jesús, quien reina sobre todo.  Vamos a enfocarnos en Él y no en las sombras.  A medida que la luz de Jesús brilla e ilumina nuestros corazones, las sombras se vuelven más tenue, y la esperanza echa raíz y crece.  Somos el pueblo de la Esperanza verdadera y viviente.  Extendemos a esta preciosa Esperanza hacia nuestras comunidades mientras buscamos la restauración de todo Latinoamérica. 

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