Preparando a los líderes del mañana

por | Mar 25, 2024 | Empoderar Iglesias, Paraguay | 1 Comentario

 

En el año de 1995 nació en el corazón de los pastores Valentina Forcado y Pablo Torres de la iglesia Cerritos, la idea de establecer una escuela que ofreciera a los niños del barrio una educación de calidad y con buenos valores cristianos, es entonces cuando el 20 de julio de ese año, fundaron la escuela Juan Wesley, la cual lleva el nombre de uno de los teólogos y predicadores británicos más importantes.

Como institución, ofrece una propuesta educativa cristiana, siendo formadores de niños y jóvenes, que interactúan en su entorno, comprendiendo el mundo que está a su alcance e incentivando prácticas innovadoras a través de acciones concretas que impulsan su formación integral y que además serán capaces de desenvolverse en la sociedad en forma autónoma.

Desde su fundación a la fecha, con el apoyo de una alianza con ICCM, por dichas aulas han pasado aproximadamente 5000 niños, que son parte de una población de nivel económico bajo. Con el fin de llevar a cabo la misión integral no sólo se ha dado educación secular a los niños, sino que también se les ha inculcado la palabra de Dios, así como amor y respeto por el prójimo y hoy podemos testificar que muchos de ellos son hombres y mujeres profesionales que sirven y aman al señor con los principios cristianos. Como muestra de ello, queremos compartir los testimonios de tres jóvenes que fueron formados de manera integral en la escuela y estas son sus historias:

 

A los 12 años Belém Mora, recibió una beca para estudiar en la Escuela donde diariamente escuchaba la palabra de Dios compartida por el pastor Pablo Torres y los profesores, al poco tiempo fue invitada a la iglesia y allí comenzó su andar en Cristo, se bautizó y hoy hace ya 13 años es cristiana y sirve en la iglesia como líder de jóvenes, dirige estudios bíblicos y además se recibió como abogada, ya que su anhelo es defender los derechos de los niños. Belém agradece a Dios, a la iglesia y a la escuela que han sido parte de lo que hoy ha logrado.

Otra historia importante de mencionar, es la de Nahuel Cárdenas quien a sus 14 años asistía a la escuela, en ese momento él tenía un conocimiento progresivo de la palabra, pero su familia era incrédula y sus padres estaban separados. Él nos cuenta que fue en la escuela que conoció a personas que realmente vivían su fe de manera auténtica y eso le intrigó a querer lo mismo para él. Su amiga y compañera de clase Jennifer jugó un papel fundamental en su viaje de fe, ya que le ánimo a asistir a eventos cristianos y reuniones de grupos de jóvenes, su prima Belém también desempeño un papel importante en su conversión, compartiendo con ella tiempos de estudio bíblico y oración.

Su transformación se refleja en su actitud y amor por los demás, por lo que su compromiso de liderar la alabanza y trabajar con jóvenes continua hoy día. Nahuel sigue compartiendo su fe y orando para que un día su familia pueda conocer a Cristo de la misma manera que él lo hizo.

También conocimos la experiencia de Jennifer Noldin que tiene 25 años y lleva casada tres años con Nahuel Cárdenas quien fue su compañero de clases en la escuela Juan Wesley, durante sus años de estudio obtuvo buenas notas, en esa época era una persona muy tímida y no solía interactuar con los demás, hasta que conoció a Belém y entabló una amistad que hasta hoy perdura, ella le habló de su iglesia, la cual estaba relacionada con el colegio, aun cuando Jennifer era católica, tomó valor y aceptó ir, cuando llegó a la reunión recibió una cálida bienvenida y ese gesto le impactó asi que continuó asistiendo, se convirtió y bautizo. Agradecida con la escuela y la iglesia, donde su esposo y ella continúan congregándose, sirve como directora de escuela dominical, gracias a esta experiencia tomó la decisión de retomar sus estudios y hoy cursa el segundo año de la educación en la facultad evangélica del Paraguay.

 

Estas conmovedoras historias son solo una pequeña muestra del gran trabajo que ha desarrollado la escuela Juan Wesley, y aún la labor de sembrar en sus vidas la palabra, continua. Sin duda que este es un gran ejemplo a seguir de un proyecto que ha traído transformación a las vidas de muchos niños que siguen formándose y que, en cada momento, han sentido el amor y la misericordia de Dios hacia ellos, a través de los docentes que con un corazón apasionado les siguen formando.

Foto actual de los docentes de la escuela Juan Wesley

 

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“La educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo.” –Paulo Freire

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