Planeación Estratégica

por | Ene 8, 2021 | Editorial

¡Empezamos un nuevo año! 2021 es un año muy anhelado después de todas las dificultades e incertidumbres del 2020. Cada año es como un tablero limpio, o un libro vacío, listo para contar las historias de Dios y lo que Él hace a través de nuestras historias. Esto nos da una oportunidad para comenzar bien y llenar estas páginas con las metas que tenemos para el nuevo año y más allá. Es allí cuando se hace clave «un proceso consciente por medio del cual evaluemos el estado actual de nuestras vidas, familias, iglesias, distritos o conferencias” y nos propongamos metas para cumplir que estén articuladas entre ellas. A esto es a lo que llamamos ‘planeación estratégica’.  

Podemos observar a lo largo de la Biblia que Dios es un Dios de orden, empezando en Génesis 1 con la historia de la creación.  Podemos ver a la iglesia siguiendo este ejemplo en el libro de Hechos cuando se organizaron para cuidar las viudas y formar un equipo para la administración (Hechos 6) y llegar a un acuerdo en el que los gentiles convertidos debían vivir (Hechos 15).  

El manual de Introducción al Ministerio Pastoral destaca este tema con las siguientes palabras: 

<<Pensando en la planeación estratégica en la iglesia, la labor del pastor es reclutar, entrenar y movilizar personas laicas para el ministerio tanto dentro como fuera de su congregación. Es trabajar de cerca con la Junta, y una variedad de equipos y grupos de trabajo para supervisar y ampliar los ministerios de la iglesia local. Además debe asegurarse de que las estructuras administrativas de la iglesia estén cuidadosamente alineadas para cumplir la misión de Dios. Por tal razón debe evaluar periódicamente con la Junta si las estructuras administrativas contribuyen a la misión de Dios o no; y así agilizar las estructuras para asegurar la eficiencia. Conviene subrayar que la Junta no está por encima del pastor, no debe convertirse en un obstáculo en las funciones del pastor, ni el pastor está por encima de la Junta. Mas bien, ambos están para ser guiados en amor y apoyar que la obra de Dios y su misión sigan adelante y no se estanquen. Estos líderes deben ayudarnos en nuestras debilidades de liderazgo. Así que consolidemos un liderazgo sólido, fuerte y que se multiplique. >>

Las estructuras organizativas deben ser simples y enfocadas en la misión y visión de Dios.  

Las estructuras deben tener las siguientes características:  

  1. Flexibles: la estructura está sujeta a cambios siempre que la misión lo requiera.  
  2. Eficientes: la administración de los recursos es esencial (siempre valorando a las personas por encima de las cosas materiales). La mayor “eficiencia” es para equipar y capacitar a “las personas” para ministrar en amor. 
  3. Efectivas: los líderes capacitan, reasignan o reemplazan a los cristianos que prestan un servicio mediocre a Cristo al confrontar la mediocridad con un coraje compasivo. La causa de Cristo lo exige. La misión es superior al derecho de uno a prestar un servicio de mala calidad.  
  4. Descentralizadas: el ministerio y la autoridad para llevarlo a cabo se distribuyen a las personas piadosas y competentes más cercanas a la necesidad. El concepto de equipar y empoderar a los ministerios orientados al don se nutre y se valoran en todos los niveles, pero una mentalidad unicelular estorba el crecimiento, la diversidad y el ministerio en equipo.  
  5. Simples: los líderes deben preguntarse: “si fuéramos nuevos, ¿haríamos esto?” o “¿esto ayuda en nuestra misión?” Si no, buscan alinearlo, refinarlo o eliminarlo. Se recomienda a los líderes que ajusten los derechos, optimicen o simplifiquen las estructuras a “elementos esenciales”.  

Las iglesias, al ser organizaciones tanto humanas como divinas, tienden a atascarse, a ralentizarse y a conservar, cuando a veces deberían arriesgarse y avanzar en la misión de Dios. Las estructuras deben ayudarnos para ser más efectivos en la misión de Dios, no estancarnos porque la causa de Cristo lo exige.  

Queremos agradecer a Dios en todo, especialmente en la forma que planeamos y evaluamos nuestros ministerios.  No hay mejor tiempo para hacer un plan de trabajo que ahora, al principio del año. 

Dr. Ricardo Gómez es el Director de Área para la Iglesia Metodista Libre en Latinoamérica. Él es presbítero y ha servido la iglesia como plantador de iglesias, pastor, profesor, y misionero entre otras. Está casado y tiene dos hijos.

 

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