Una vista del estado de nuestro corazón
Tomado del manual de Formación Espiritual.
Sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque este determina el rumbo de tu vida. Prov. 4:23
Popularmente se ha dicho que la vida es el resultado de las decisiones que tomamos. Consecuentemente, las decisiones que tomamos son el resultado de lo que hay dentro de nosotros. Todos nosotros tenemos sueños, anhelos, miedos, emociones, y un sin número de pensamientos que nos llevan a inclinarnos por ciertas decisiones. Todo lo que hay dentro de nosotros se ve reflejado en nuestro trato con Dios y con el prójimo. Santiago expresa: “¿De dónde surgen las guerras y los conflictos entre ustedes? ¿No es precisamente de las pasiones que luchan dentro de ustedes mismos?” (Stg. 4:1). Los conflictos y situaciones difíciles surgen de nosotros mismos, no tenemos que buscar más culpables, basta con analizar nuestro corazón.
Nuestras decisiones, sean grandes o pequeñas afectan a otras personas, pero sobre todo afecta la forma como nos acercamos a Dios. Todos nosotros somos el resultado de decisiones propias y ajenas que de una u otra manera han definido nuestra identidad y carácter. Pero todo lo que hay en nuestro corazón se ve confrontado con la santidad del Señor y su invitación a seguirle.
«somos el resultado de decisiones propias y ajenas que de una u otra manera han definido nuestra identidad y carácter«
Por esta razón, nace la necesidad urgente de ser transformados a la semejanza de Cristo. Reconocemos que durante nuestra vida hemos pasado por situaciones difíciles, pero que cuando llegamos al Señor es Él quien debe definir quiénes somos y cómo hemos de vivir. Cuando empezamos a conocerle, amarle y buscarle, sin lugar a duda, Él nos llena de su gracia que nos va transformando día tras día.
Creemos que Dios llama a su pueblo a seguir su ejemplo y desear ser santos como Él lo es. Estamos llamados a guardar sus Palabras y seguir sus pisadas desde que empezamos la vida cristiana hasta el momento de la muerte. Además de reconocer que estamos bajo el pleno señorío de Cristo y servimos a las demás personas, también estamos llamados a cuidar de nosotros mismos. Esto incluye examinarnos cuidadosa y constantemente. Cuando se está en constante evaluación interna y personal se muestra el amor a Dios y a su pueblo, al mundo y mayormente a sí mismo. Al someternos a constante evaluación estamos reconociendo que necesitamos de la dirección y ayuda del Señor en todas las áreas de nuestra vida y también estamos evidenciando cómo miramos a Dios, el evangelio y la iglesia de Cristo. Nuestra vida debe reflejar que Jesús se encarnó, es el autor de la salvación y nos adoptó como sus hijos. Es decir, debemos actuar, pensar y amar con nuestra nueva identidad en Cristo. Para lograr esto, definitivamente necesitamos ser transformados por Cristo.
«Al someternos a constante evaluación estamos reconociendo que necesitamos de la dirección y ayuda del Señor en todas las áreas de nuestra vida«.
Dr. Ricardo Gómez es el Director de Área para la Iglesia Metodista Libre en Latinoamérica. Él es presbítero y ha servido la iglesia como plantador de iglesias, pastor, profesor, y misionero entre otras. Está casado y tiene dos hijos.
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