Un día Como Faro de Luz
A las 8.30 am llegamos a la Iglesia Metodista Libre “Faro de Luz” en Travesía, Puerto Cortés, Honduras. Los pastores Toribio y Daisy nos esperaban para desayunar y juntos tener un día de ministerio.
A las 9.00 am salimos a la comunidad de Bajamar. Esta es una comunidad de pescadores y obreros que tiene aproximadamente 1.000 habitantes, la gran mayoría de ellos garífunas. Los garífunas son un grupo étnico descendiente de matrimonios entre africanos y grupos indígenas centroamericanos.
Al llegar a Bajamar conocimos del ministerio en ese lugar. Cada miércoles los pastores y un grupo de líderes se movilizan hasta allí para hablar del amor de Dios. Esto comenzó luego que los pastores y dos líderes de la iglesia participaron de un entrenamiento PIC en Managua. Al volver, compartieron lo aprendido con otros líderes de la iglesia y salieron a buscar la persona de paz en aquel lugar. Ahora han comenzado 11 Casas de Paz que ministran más de 150 personas.
«Ahora han comenzado 11 Casas de Paz que ministran más de 150 personas«.
A las 11.00 am volvimos a Travesía. Un grupo de hermanas estaban trabajando en la cocina y otras estaban acondicionando el templo para dar comida a unos 70 niños de la comunidad. Que gozo fue recordar las palabras del maestro “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mí”. Este ministerio se puede realizar gracias al esfuerzo de los hermanos y la gestión de la iglesia ante entidades públicas y privadas.
Luego de almorzar, un centenar de niños esperaban ansiosos la clase de surf. La iglesia movilizó voluntarios, mientras el pastor Denis León enseñaba. Jugamos, disfrutamos la playa y compartimos un tiempo de mucha alegría.
A las 6.30 pm, después de descansar, fuimos en un micro bus recogiendo algunos hermanos que viven distantes y se dirigían al culto de oración. El servicio comenzó puntual, y fue algo vívido y emocionante. Más de 100 personas se reunieron por noventa minutos para alabar y clamar a Dios en español y lengua garífuna por las necesidades de su comunidad y las suyas propias.
Nuestro día terminó a las 9.00 pm, y una pregunta rondaba mi cabeza ¿qué mueve todo esto? La respuesta fue muy sencilla un genuino y profundo amor por Dios y las personas y un compromiso sincero de hacer discípulos.
«fue algo vívido y emocionante. Más de 100 personas se reunieron por noventa minutos para alabar y clamar a Dios en español y lengua garífuna por las necesidades de su comunidad y las suyas propias».
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John Jairo Leal es presbítero del Distrito Misionero de Colombia y está sirviendo como Coordinador de Plantación de Iglesias Comunitarias en Latinoamérica.
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