¿Común o extraordinario?
Barrancabermeja es una ciudad ubicada en el distrito Santander, Colombia, donde Dios ha puesto su mirada para traer restauración a través de un grupo de personas que han iniciado una “Casa de Paz Virtual”, veamos cómo se ha manifestado en ese lugar. En aquel lugar la hermana Farides Peña, ha asumido el reto de llevar el mensaje de Jesús desde su hogar, en donde comenzó reuniéndose con su familia durante el tiempo de confinamiento, compartiendo entre ellos el estudio de la biblia y la oración, pero Dios le dio una visión mayor, involucrando a sus vecinos en este hermoso plan, el plan de salvación de Cristo.
Desafiada por las condiciones de bioseguridad derivadas de las restricciones para evitar contagios por Covid-19, de manera creativa Farides comenzó a utilizar valiosos recursos como la tecnología que Dios puso en sus manos para continuar las reuniones con sus vecinos. A través de llamadas telefónicas inició compartiendo de Jesús con varias personas, principalmente familiares, llegando a alcanzar incluso personas de otras ciudades, las cuales aceptaron a Jesús y comenzaron a discipularse por medio de un grupo de WhatsApp. De este modo ha ido en aumento la cantidad de personas que están aprendiendo a obedecer a Jesús llegando a 20 discípulos en la actualidad. Personas activas y comprometidas, que a su vez están dispuestas a compartir el plan de discipulado a más personas multiplicándose rápidamente.
Los devocionales que contribuyen a la meditación constante a través del grupo de WhatsApp, han sido un instrumento de bendición para quienes integran esta comunidad virtual que nació en Barrancabermeja, pero que Dios ha extendido hacia otras zonas de manera asombrosa. Esta manera creativa que Dios ha provisto para hacer discípulos a Farides, ha permitido que muchos nuevos creyentes experimenten fortaleza y ayuda en momentos de dificultad, sanidad en tiempos de pandemia, pero lo más importante, ellos han recibido la salvación que sólo viene de Jesús, extendiendo el mensaje de la cruz con quienes los rodean desde los lugares donde se encuentran, a pesar de las numerosas restricciones del contexto social actual.
Dios es tan bueno, que usa lo que tenemos en nuestras manos para bendecirnos, medios que parecieran tan triviales están resultando instrumentos claves para bendecir a quienes están alrededor. Tal vez una llamada o reunirse en grupo virtualmente, parece algo cotidiano o común, pero sí a través de ella es llevado el mensaje de salvación, se convierte en algo extraordinario y poderoso, transformando una tremenda limitación en una oportunidad.
“Atrévete esta semana a utilizar aquello que Dios ha puesto en tus manos, esos recursos que parecen comunes y corrientes, pero que en las manos de Dios resultan extraordinarios para romper barreras ayudando a transformar personas y sus realidades.”
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