El Fruto de una Casa de Paz

El 15 de enero de 2019, el pastor Wilson Soto, guiado por el Espíritu Santo, le mostró el lugar donde debía plantar una iglesia. El pastor recibió la visión y en seguida la compartió con su familia; juntos decidieron dar inicio a esta obra desde cero en el sector de Ajaví, al sur de Quito.
Con la visión de Dios y un corazón ardiente, y lleno de fe, comenzó el proceso. Dios puso en su camino a la hermana Vilma Jácome, quien abrió las puertas de su hogar para establecer allí la casa de paz. Con la llegada de la pandemia, la casa de paz adoptó una modalidad virtual, pero tras el contagio de la hermana Vilma con el COVID-19, el trabajo estuvo pausado alrededor de un año.
Transcurrido ese tiempo, el pastor Wilson volvió a compartir la visión con la hermana Vilma; dedicaron un tiempo para orar, y luego, fueron movidos por el Espíritu Santo a tomar la decisión, de reabrir la casa de paz, con la intención, incluso, de iniciar una obra.
Así comenzó la obra en Ajaví, con tres familias comprometidas con el Señor y dispuestas a servirle. En los inicios, invitaron a otras familias, pero estas no continuaron asistiendo por más de seis meses. En todo ese proceso, el pastor Wilson enfrentó oposición, incluso por parte de su propia familia extendida, quienes consideraban que haber dejado el catolicismo era lo peor que podía haber hecho.
A pesar de ello, el pastor Wilson decidió mantenerse firme y seguir creyendo en lo que el Señor le había mostrado. Con el tiempo, nuevas familias se integraron a la iglesia. Hoy, él da gloria a Dios porque las personas que comenzaron desde la casa de paz han permanecido y han seguido adelante, asumiendo con responsabilidad la obra de Dios.
En enero de este año, 2025, la Iglesia Renacer dejó de ser una iglesia en desarrollo para convertirse en una iglesia establecida. El pastor Wilson reconoce que ha sido un camino largo y desafiante, pero expresa una profunda gratitud al Señor por su fidelidad y amor inagotable. A lo largo del proceso, ha sido testigo de la provisión divina y de cómo, con el paso del tiempo, el Señor ha ido añadiendo nuevas personas a la congregación.
Hoy celebramos con gozo, cómo aquello que inició con una visión y luego se hizo realidad a través de una casa de paz, se ha consolidado como una iglesia firmemente establecida. ¡A Dios sea la gloria!
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