Identidad y propósito

Los seres humanos siempre queremos obtener respuestas a diversas interrogantes, es por ello que, durante nuestra vida hay preguntas que son clave y que todos, por lo menos alguna vez en la vida, nos las hemos hecho. Así que, quiero iniciar con la gran pregunta que siempre hago cuando hablo de identidad, esa pregunta que todos sin excepción alguna debemos de ser capaces de responder: ¿Quién soy?.
Aunque podemos pensar que debería ser sencillo el contestar, ya que ¿cómo no saber quien soy?, si todos los días convivo conmigo mismo, si soy el único humano en esta tierra capaz de conocer todos mis pensamientos, conductas y emociones, pero… el hecho de estar vivo no significa que vivimos siendo conscientes de nuestra identidad.
Y a pesar de que todos tenemos identidad, no todos la conocemos. La identidad se define como el conjunto de rasgos y características que nos hacen ser quienes somos. Algunos de sus elementos son nuestro nombre, nuestros gustos, tradiciones, hábitos, forma de vestir, de pensar, etc.
Algo importante que debemos resaltar, es que la identidad está en constante construcción y cambio, pero, hay bases sólidas que permanecen a lo largo de la vida. Una etapa clave en la conformación de nuestra identidad es la adolescencia, pero imagínate lo difícil que es esto teniendo tantos cambios hormonales, con el cerebro terminando de desarrollarse y con tanta mentira que la sociedad nos presenta sobre quienes somos o podemos ser. Es por ello, que la iglesia necesita trabajar durante esta etapa con los jóvenes, porque sino vendrá cualquier corriente externa a permear de ideologías opuestas a la verdad.

Así que debemos comenzar a mostrarles la identidad que tienen en Dios. ¿Quiénes somos en Cristo? Sería entonces la pregunta más importante para responder, y una vez que tengamos nuestra identidad conformada será más sencillo encontrar nuestro propósito.
Cuando estamos en la búsqueda de nuestro propósito surgen más dudas, esas interrogantes que te mencionaba al inicio. Comenzamos a buscar respuestas y necesitamos saber ¿para qué nací?, ¿porque estoy aquí en la tierra?, ¿qué sentido tiene mi vida?, porque nuestro propósito se basa en eso, en conocer la visión general de nuestra vida y futuro basada en las cosas que son más significativas para nosotros, nos ayuda a enfocarnos, a mejorar nuestra autoestima, nos da más probabilidad de éxito y felicidad.
Entonces te preguntarás ¿cómo encuentro mi propósito?, y aunque no tengo la verdad absoluta me gustaría darte tres tips o formas de hacerlo o acercarte a ello: 1. Como ya te comente antes, IDENTIDAD, ten una identidad firme. 2. Conoce la VOLUNTAD de Dios para tu vida, pero para eso necesitas el combo perfecto, que es leer su palabra, orar siempre y pedir consejo a personas sabias, ya que cuando alimentamos nuestro espíritu, conectamos con el corazón de Dios y esto nos permite conocerle más y vivir dentro de sus planes. 3. Encuentra tu LLAMADO, como hijos de Dios debemos saber que Dios tiene una misión especial para nosotros, la cual descubriremos al conocer su voluntad para nuestra vida, pero también la encontraremos al estar atentos a las necesidades que hay a nuestro alrededor y al conocer nuestra vocación. Así que los dos aspectos necesarios que debemos conocer para encontrar ese llamado serían: a) una vez que ya observamos las necesidades alrededor, ver cuales de esas necesidades me conmueven más. b) ¿Qué es lo que me gusta hacer, cuáles son mis sueños e inclinaciones?
Ojo: Esto no significa que no podemos servir a Dios en un área que no nos gusta o apasiona tanto, ya que como sus hijos somos llamados a servir, pero Dios al diseñarnos, nos hizo con características únicas que nos ayudarán a encontrar ese llamado especial que tiene preparado para nosotros.
Como les decía antes, al ser parte de la iglesia de Cristo debemos de brindar apoyo a las personas para que puedan conocer su identidad y encontrar su propósito, es por ello que, en el pasado mes de agosto la IML de Latinoamérica organizó un encuentro con hijos de ministros, entre 12 y 18 años, donde tuve la oportunidad de hablar sobre este tema con ellos.
Como sabemos los hijos de pastores y líderes al nacer y crecer dentro de la iglesia, llenos de todas las actividades eclesiales, muchas veces heredan responsabilidades, repiten conductas, viven una vida cristiana por lo que han visto y escuchado, pero no tienen la oportunidad de descubrir estos aspectos tan importantes; entender que su identidad va más allá de ser hijos de ministros, porque primero son hijos de Dios, o que su llamado no es solo continuar con el trabajo de sus padres, sino que Dios tiene un plan grandioso para ellos.
Así que con estas reuniones de conexión buscamos brindarles un espacio donde puedan conocerse mejor, donde aprendan a amar a Dios por decisión propia y también donde sepan que hay más jóvenes como ellos y puedan compartir sus experiencias e inquietudes.
Este primer encuentro que se tuvo el mes pasado fue de bendición, contamos con la asistencia de jóvenes de varios países de Latinoamérica, así que buscaremos seguir y ser de apoyo para las nuevas generaciones.
Muchas gracias por haberme leído, de todo corazón espero que haya sido de ayuda a tu vida.
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