LA TRANSFORMACIÓN, UNA LUCHA CONSTANTE.

por | Ago 1, 2024 | Colombia, Empoderar Iglesias | 0 Comentarios

 

Uno de los conceptos que nos enseña Bryant Myers en su libro “Caminar con los Pobres”, es que hay tres aportes al desarrollo transformador que SOLO la iglesia puede hacer y estos son:

  1. Ser siervos y fuente de amor, no comandantes ni jueces.
  2. Ser una fuente de formación de valores dentro de la comunidad.
  3. Ser la comunidad dentro de la comunidad, desde la cual se escucha, se vive y se revela la palabra de Dios.

La Iglesia Metodista Libre en Colombia, cuenta con múltiples iniciativas que le apuntan a generar estos aportes a su comunidad, pero hoy vamos a resaltar la labor de una de ellas, la cual ya lo ha logrado y sigue trabajando en ello arduamente cada día.

Estamos hablando de la casa hogar de niñas que ha abierto nuestro hermano Omar Villadiego, junto con su esposa Lizeth Amaya en Valledupar, Cesar, en alianza con la organización JUCUM, donde atienten integralmente, en una casa rentada, a niñas indígenas de la región, hijas de madres cabeza de familia                                                  

 

 

 

 

 

 

 

En este momento, esta familia dirige la base de misiones de JUCUM en la ciudad de Valledupar y pastorea el proyecto de plantación Iglesia Metodista Libre Costa Caribe. Pero su historia empieza varios años atrás en la cuidad de Medellín donde aceptaron ir a Cúcuta, frontera con Venezuela para servir a través de la atención a migrantes.

En 2019, escucharon el llamado que Dios les hizo para trasladarse a Valledupar,
donde continuaron su labor de ayuda a migrantes y empezaron a tener contacto con poblaciones indígenas.

 

 

 

En 2020, durante la pandemia abrieron un comedor para los niños de los migrantes y apoyaron a muchas familias con entrega de comida y alfabetización, pero seguían con el sentir de que esto no era suficiente. Dado que trabajaron en paralelo con grupos indígenas del sector, acogieron a una niña de 12 años en su casa, por solicitud de la familia de la niña. Meses después hicieron lo mismo con un niño de otra comunidad indígena, convirtiendo su casa en un hogar de paso. Estas fueron las primicias para decidir involucrarse de lleno en esta labor creando la Casa Hogar Heart Mission Children,  ya que notaron la vulnerabilidad a la que estaban expuestas las mujeres y los niños de estos grupos indígenas, lo que los inquietó al punto de querer sacarles de este contexto y enseñarles que había una realidad diferente donde tenían un gran valor y propósito en Cristo. 

En este momento en el hogar se alojan 5 niñas entre los 5 y 13 años de edad, y allí cubren todas sus necesidades, brindándoles vivienda, alimentación, vestido, educación, enseñanza bíblica y por sobre todo amor y cuidado.

La niñas que están en el hogar en este momento llevan allí alrededor de un año y medio, y el compromiso de parte de la iniciativa con ellas es a largo plazo. La idea es que vivan allí toda su infancia y adolescencia y que estudien al punto de ingresar a la universidad, pero esta es una difícil labor, no solo por lo que implica alcanzar este objetivo, sino porque esta es una población muy inestable y, debido a distintas circunstancias de su cultura indígena, las madres terminan sacando a las niñas del proceso a llevárselas del hogar.

Es así como por esta casa han rotado varias niñas más, entre ellas, una que a los 12 años de edad ya se encontraba embarazada. De ella cuidaron por 8 meses, hasta que la entidad nacional encargada de la protección infantil se hizo cargo de ella y de su bebe, el cual fue salvado de ser abortado gracias a que Dios usó a Omar y a su esposa para cuidar de esta pequeña madre.

Hay varios testimonios impactantes, algunos de ellos con buenos procesos, en los que las niñas se quedan en el hogar, aceptan a Cristo como su salvador y se bautizan.  En otros casos hay desenlaces mas difíciles, donde las niñas terminan fuera de la casa hogar, pero se mantiene la fe de que algo se ha sembrado en ellas y dará fruto a su tiempo.

 

 

Foto: Terreno adquirido este año.

Cada día se puede dar testimonio de como Dios tiene el control de cada situación que sortean, y aunque han tenido malas experiencias, y con dificultad logran conseguir cada mes los recursos necesarios para cubrir los gastos de la casa hogar y de su propia familia, esto no mengua su pasión por ser una iglesia que transforma a través de obras de amor que trasciendan y generen verdadero desarrollo en esta comunidad. La fe y convicción en el llamado que Dios les ha hecho los fortalece.

Una muestra de ello es que a principio de este año Dios les dio la oportunidad de negociar un terreno que están pagándolo, donde tienen la visión de construir la Casa Hogar, un lugar donde puedan recibir más niños, y en paralelo implementar un proyecto auto sostenible, donde siembren y críen gallinas ponedoras. Al tenerlo, las niñas pueden vivir en un entorno sano y mas acorde a su cultura, desarrollando un proyecto de vida que les permita llegar a la universidad.

A través de esta historia, podemos ver como este ministerio en cabeza de sus líderes Omar y Lizeth, han decidido aportar de sobremanera los tres aspectos mencionados al inicio, sirviendo, amando, fomentando valores y haciendo viva la palabra de Dios en medio de su comunidad. Y aunque saben que es un trayecto difícil, seguirán adelante luchando por alcanzar cada una de estas metas.

 

 

 

 

 

 

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