Noche de Paz

por | Dic 1, 2021 | Hechos 30, Multiplicar Discípulos | 0 Comentarios

Navidad es tiempo de villancicos, es probable que uno de los preferidos de la mayoría es ‘Noche de Paz’. Muchos al oírlo pueden llegar a imaginarse que aquella noche se dieron unas circunstancias apropiadas, sin conflictos o problemas. Pero definitivamente estas ideas están muy lejos de la realidad. 

 La noche en que Jesús nació no fue la mejor ni la más cómoda para sus padres. José y María caminaron muchos kilómetros y al llegar a su destino no pudieron encontrar un lugar adecuado para descansar y dar a luz. Lo único que estuvo disponible fue un establo, y quizás este no estaba en las mejores condiciones. Posiblemente nosotros no escogeríamos un lugar así para el nacimiento de alguno de nuestros hijos. Un lugar sin las condiciones adecuadas, sin los cuidados necesarios y lejos de familiares o amigos que nos ayuden. Si lo pensamos bien, para José y María, aquella noche fue caótica, ¡no se dieron las circunstancias apropiadas! 

 Además, no solo fueron las circunstancias personales de José y María, sino que en general eran tiempos muy difíciles. En Israel había una profunda crisis social, política y económica. Aquella era una sociedad con conflictos internos y externos que no lograban solucionar. Había desesperanza y muchas ansias de libertad. 

  

¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad! 

Lucas 2:14 

  

Sin embargo, aquella esplendorosa noche Dios derramó su paz sobre la humanidad. Con el nacimiento de Jesús, Dios se hizo hombre y habitó entre nosotros. Él, el príncipe de paz, nació para hacer posible que los seres humanos disfrutemos de relaciones armoniosas con Dios, con los demás y con toda la creación. 

Nuestro mundo actual es muy parecido al mundo en que Jesús nació. Seguimos atravesando una pandemia que parece no terminar y que ha cambiado radicalmente nuestro entorno. Además, nuestras crisis sociales, políticas y económicas se han hecho más difíciles. ¡Nuestras sociedades  claman por una verdadera paz! 

  

Y nosotros sabemos quién puede responder a ese clamor. Creemos que solamente Jesús, el príncipe de paz quien dijo La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo (Juan 14:27 NVI), puede devolver la esperanza y dar paz al corazón de todo ser humano.   

Es por lo anterior que la Iglesia Metodista Libre en Latinoamérica está impulsando un movimiento que planta la paz de Dios en personas, hogares y comunidades. Estamos absolutamente convencidos que al entrenar a hombres y mujeres para que multipliquen discípulos, líderes e iglesias, estamos contribuyendo a que en Latinoamérica vivamos no solo una noche de paz sino una vida en paz. 

 

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